"Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor.
E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió."
1 Crónicas 4:9-10
¡Qué triste es pensar qué nuestras vidas fueron hechas para recibir sólo dolor, problemas y miserias... Qué sólo servimos en este Mundo para recibir y causar dolor, sufrimiento y mal!
Vemos claramente como era Jabes con su familia, un hombre ilustre sobre los demás. Sin embargo, desde el comienzo de su vida, se enfrentó al sufrimiento. El mejor ejemplo es que su nombre significaba: LO DI A LUZ CON DOLOR, convirtiéndose en un presagio de pesar y sufrimiento para él y su familia. La Biblia no habla mucho sobre la vida de Jabes, pero sí recalca el hecho del significado de su nombre y de su petición al Padre Celestial. Jabes le pidió a Dios y confió en El, y Dios le dió lo que Jabes le pidió y mucho más.
¡Qué bueno es contar con un Dios todo poderoso, lleno de amor y misericordia, quién nos cubre y nos protege de todo peligro, sufrimiento y tempestad! El seca cada una de nuestras lágrimas, nos llena de paz y permite qué caminemos por la vida apoyándonos en Él y guiados por Su Espíritu Santo. Si tan sólo nosotros invocaramos Su Nombre, y le pidiéramos a Él las cosas que en realidad, edifican nuestras vidas, Dios proveerá las demás cosas por añadidura, sin que nos falte nada y sin que nos sobre, para que no nos sea de tropiezo. ¡Ampara tu vida en Cristo, como hizo Jabes, y verás cómo Dios cuidará de ti y llenara tu vida con sus bendiciones! ¡Dios te bendiga!